Rosa, puerto de Villajoyosa
Aquí te amé
A Rosa
Aquí te amé, junto a los sauces,
en este regatón de agua de luna
donde tuvo la aceña su dorado trigo,
su harina de pasión
y su gozoso afrecho.
en este regatón de agua de luna
donde tuvo la aceña su dorado trigo,
su harina de pasión
y su gozoso afrecho.
En este huello húmedo,
coronado de fimbrias vegetales
que derraman olor
o néctar o ambrosía.
coronado de fimbrias vegetales
que derraman olor
o néctar o ambrosía.
Sobre el tejuelo de la historia
o los hondos de un valle venturoso
bañado en quintaesencias de naranjo y níspero.
o los hondos de un valle venturoso
bañado en quintaesencias de naranjo y níspero.
Aquí,
al son de la cigarra o la ginesta
en explosión promiscua;
oyendo al ruiseñor, bajo el murmullo
sereno de las aguas.
al son de la cigarra o la ginesta
en explosión promiscua;
oyendo al ruiseñor, bajo el murmullo
sereno de las aguas.
Anclado en la consciencia
de haber vencido el peso de la carne
o estar en las afueras del dolor
y de la muerte.
de haber vencido el peso de la carne
o estar en las afueras del dolor
y de la muerte.
Del libro Desde la flor del almendro (1995)
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
Diàfano, con pena, pero augurante de una mejor estaciòn del alma enamorada.
ResponderEliminarHola, Alicia: no dejan de sorprenderme las interpretaciones de los lectores. Y, sin embargo, el poema es lo que a ellos les diga o les sugiera. Gracias por trasladarme la tuya. Un abrazo
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