Rosa y su risa
La risa
La risa vino a mi calle
un solo día, una tarde.
Nadie lo supo hasta ahora
¡Nadie!
Yo la miré con mis ojos,
posada sobre los cables.
Después se fue como vino.
Por el aire.
Aire con aire con aire.
Se la llevó sin remedio
un huracán con las fauces.
¡Con las fauces!
Jamás ha vuelto a mirarme.
La forma que ella tenía
se me grabó con detalle.
¡Era un guerrero sin sable!
Acaso vuelva otro día
pero esto nadie lo sabe.
Yo me pondré a la ventana
por si hay que abrir los
cristales.
Mariano Estrada
Del libro El cielo se hizo de amor (1986)
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