Fotografía:
Fernando Medrano
Sequía y hambre
Un día los
pájaros se echaron a volar con el propósito de conseguir alimentos para los
suyos, pero la sequía era tan grande que en el campo no había gusanos para
todos. Muchos de ellos, afligidos por enormes pesadumbres, quedaron atrapados
en parameras interminables, arboledas agostadas, humedales desaparecidos y
matorrales agónicos y terrosos. No pudieron volver con sus polluelos que,
desesperados, saltaron de los nidos porque sus bocas eran cuevas de hambre. Ya
en el suelo, solo encontraron polvo de amargura sobre una alfombra mustia y
seca.