Vieja cocina, Muelas de los Caballeros, Zamora
Trozos de cazuela compartida
Trozos de cazuela compartida
A mi madre,
que hizo posible la cazuela.
Quien haya estado al fuego de un madero
hilando corazón, ceniza y brasa,
¿adónde mirará sino a la casa
que vive en los vapores de un puchero?
¿Adónde mirará sino al caldero
que cuelga de la noche por un asa?
¿Y qué recordará si no traspasa
los muros, los balcones, el alero?
Yo vuelvo a la niñez por el sendero
del gato, del vasar, de la tenaza...,
testigos del amor y de la vida.
Y vuelvo a ser feliz junto al leñero,
hilando humanidad con pan de hogaza
y trozos de cazuela compartida.
Del libro Trozos de cazuela compartida (1991)
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
Hermoso, bello es recordar el paraíso perdido.
ResponderEliminarCierto, Sofía: cuando la niñez ha sido feliz se recuerda gustosamente durante toda la vida. Un abrazo
ResponderEliminarFantástico soneto. Mil felicidades por tu poesía.
ResponderEliminarHola, Blanca: muchas gracias por este comentario que, siéndome tan favorable, no había visto hasta hoy. Es un buen regalo de reyes. Que el año nuevo sea generoso contigo. Un abrazo
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