Foto de Fernando Medrano. Primavera de Cuenca, mayo 2016
No persigo la flor
No persigo la flor perecedera,
sino el flujo de polen, el origen
sucesivo del sueño y de la vida.
No persigo la flor perecedera,
sino el flujo de polen, el origen
sucesivo del sueño y de la vida.
Fluye la sangre hacia lo eterno,
que es también lo mortal, lo vulnerable,
lo esculpido en retornos azarosos,
rutinario, fugaz y renovado en
el tiempo persistente y la memoria:
El canto de las aves, repetible
en aves tercamente repetidas;
la rosa elemental, el brillo
intermitente de los ojos,
la luz, la sombra, el claroscuro,
la mirada confusa de la fe
o alondra permanente
de las generaciones.
No, no busco el aroma intrascendente
sino el halo proteico de las cosas
susceptibles –tras muertes repetidas-
de ser resurrección o eternidad.
Del libro Desde la flor del almendro
(1995)
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes
Literarios
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