jueves, 2 de junio de 2016

No persigo la flor



 
 Foto de Fernando Medrano. Primavera de Cuenca, mayo 2016
 
No persigo la flor

No persigo la flor perecedera,
sino el flujo de polen, el origen
sucesivo del sueño y de la vida.

Fluye la sangre hacia lo eterno,
que es también lo mortal, lo vulnerable,
lo esculpido en retornos azarosos,
rutinario, fugaz y renovado en
el tiempo persistente y la memoria:
El canto de las aves, repetible
en aves tercamente repetidas;
la rosa elemental, el brillo
intermitente de los ojos,
la luz, la sombra, el claroscuro,
la mirada confusa de la fe
o alondra permanente
de las generaciones.

No, no busco el aroma intrascendente
sino el halo proteico de las cosas
susceptibles –tras muertes repetidas-
de ser resurrección o eternidad.

Del libro Desde la flor del almendro (1995)

Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios

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