Torre-campanario Iglesia Muelas de los Caballeros.
Foto Fernando Medrano
Mementos
Los altos cirios, las coronas
nimbadas de los ángeles,
las músicas de Bach y Palestrina,
los trémulos sollozos, la oración,
el negro catafalco...
Los altos cirios, las coronas
nimbadas de los ángeles,
las músicas de Bach y Palestrina,
los trémulos sollozos, la oración,
el negro catafalco...
Van cayendo las hojas
sobre el barro vencido del crepúsculo,
en tanto que el dolor,
entrecortado y lento,
responde a un interludio de campanas
gravitadas en muerte.
Los mementos se agolpan en los labios
callados de la piedra, y en el polvo
desnudo de esta carne última
que huye de la luz
por torrenteras de ceniza.
El grillo de las hojas adelgaza
los cantos gregorianos
y el hisopo rocía los barnices
asépticos que cubren la memoria...
Confines del otoño. "Requiem
aeternam dona eis, Domine".
La cruz, el mármol, los inciensos...
Misereres de amor, sobrepellices
de cera derretida, llantos, penas,
crisantemos de luz y de granito...
Como gotas de paz,
como estertores ácidos de lluvia,
van cayendo las hojas del dolor,
las de la savia interferida,
las que miran el barro desde un
velo de luz desesperada.
Del libro Hojas lentas de otoño, premio Ciudad
de Torrevieja 1997
Gran poema, Mariano. Hasta se oyen los murmullos de las rezadoras y el Réquiem.
ResponderEliminarPues si esas cosas se oyen, Nicolás, está lograda una parte de los objetivos. Gracias y un abrazo
ResponderEliminarAquel que deposita rosas en la tumba de un ser querido está depositando con ellas las palpitaciones de su corazón. (Mariano Estrada)
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