Tomada de internet sin ánimo de lucro
Luna proyectada
Desde la noche te veo,
luna de amor, alunada,
con una luz rebosante
y, sin embargo, prestada.
Desde la noche te veo,
luna de amor, alunada,
con una luz rebosante
y, sin embargo, prestada.
Jamás te vi como ahora,
estrella, tan solitaria;
no vi jamás unos ojos
hundidos tanto en las lágrimas.
Luna de amor, luna llena,
luna lunática y clara:
¡Cómo te ahogan los llantos
de los amores que acaban!
¡Cómo te saben las tripas
a desazón y a resaca;
y a corazón desbravado
y a habitación desahuciada!
¡Qué bien conoces las penas
del que está solo en el alma,
desvencijado por dentro,
deshabitado en la casa!
Desde la noche te miro,
desde la noche y la nada;
y sólo tú, luna buena,
y sólo tú me acompañas.
Tengo la copa vacía,
tengo el ayuno en la entraña;
yo soy borracho de amores
y la abstinencia me mata.
Luna, lunar, lunarcito,
tú eres mi copa lejana;
yo te he llenado de versos,
que son de amor, en palabras.
Del libro Poeminos de amor
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Querido amigo no me canso de leerte !! me encantan tus poemas
ResponderEliminarHola, Conchi: este poema lo pensé y lo escribí en un lugar que seguramente no volveré a pisar en la vida. Un abrazo
EliminarHola, Conchi: ¡qué bien! La verdad es que tus palabras me animan. Gracias y un abrazo
ResponderEliminarMuy hermoso tu poema, amigo! Un auténtico placer leerte! Me encantan esas referencias a la Luna, cómo la utilizas para hacer las analogías con el amor. Es verdaderamente exquisito! Un abrazo!
ResponderEliminarDías de soledad, altas horas de la noche, luna limpia y clara, sentimientos a flor de piel... En esa situación, ¿de que va a hablar un poema? Por cierto, esta complicidad con la luna la entienden muy bien las mujeres.
EliminarGracias por tus generosas palabras.
Un abrazo
MUY BELLA MARIANO, QUEDA CLARO QUE SELENE HA SIDO TU CÓMPLICE.
ResponderEliminarPero no en una ocasión, Sofía. En Muchas. Gracias por tus comentarios. Un abrazo
ResponderEliminar