domingo, 18 de octubre de 2015

Amor en alta mar


Patricia y Pablo, playa de La Caleta, set. 2011

Amor en alta mar

             Para Patricia y Pablo

La mañana era un gozo
deshabitado que salímos
a conquistar y a merecer
bajo la protección alegre
de un amor compartido.
Nos esperaba el mar, nos envolvía
el peso de la luz,
nos embriagaba la belleza.

Olía a amanecer y a puerto.

Lejos ya de la costa, 
en un punto lejano
que primero fue línea de horizonte,
nos dejamos mecer por una ingente
ola de soledad y de silencio
que solo interrumpían
los chasquidos del agua
en las amuras de la embarcación
y algún graznido excelso de gaviota.

En el rostro nos daba la caricia,
estimulante y fresca,
de un aire saturado
de lloviznas salinizadas,
que mitigaba en parte los hachazos
inclementes y adónicos del sol.

Entre tanta magnificencia,
nosotros nos sentíamos
pequeños, casi diminutos,
pero pronto recuperamos
el sentido global de la armonía
-del tiempo, del  espacio, de las cosas-
y volvimos a ser los exultantes
protagonistas de un presente vivo
que ya empezaba a ser nuestro futuro.
Fue un hecho natural
y al mismo tiempo mágico.
Tú me tomaste de la mano
y me llevaste sin remedio
a la profundidad
cósmica de tus ojos.

Allí nos fusionamos en abrazos
desposeídos de limitación,
hasta que el mar fue un canto mudo.
Y en esta forma íntima,
de insuperable gozo,
llegamos bruscamente
al centro original del universo.

Después sonó de nuevo
el fragor persistente de la vida.
El mar restableció
su corazón de potro,
sus tritones de fuerza y de bravura,
sus mareas de espuma y agualuz,
su tornasol de helio, sus gaviotas…

Y la tarde ya fue, para nosotros,
un concierto de brisas y de pájaros,
una lluvia azulada de canciones.

Regresamos a casa.
La luna nos besó cuando la noche
era solo un galán, una promesa.

Del libro Las orillas del mar (2013)
 
Playa de La Caleta, La Vila. Foto Patricia Estrada

2 comentarios:

  1. Hola, Olga: once meses después de dedicarle este poema a Patricia y a Pablo nació Martina, que es mi nieta. Patricia es mi hija, Pablo es hijo de un pescador y el mar tiene una atracción irresistible. Gracias y un abrazo

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