Rosa y Mariano
Un lugar común
Te tengo tan a mano
que casi es
imposible
desatender el roce.
Por las grietas del
cuerpo
me asoman los
gazapos
de la debilidad
que, muy
gustosamente,
se suman a los
obvios
comportamientos de
la lógica.
Y te abrazo y te
beso y te acaricio...
Con el alba me
llega
una explosión de
fuego
que me pone en los
ojos la evidencia
espesa de la
soledad.
Y todo,
incluso la
distancia,
vuelve a estar en
su sitio.
Para seguirte
amando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario