martes, 5 de mayo de 2015

Perpetuar una caricia



Rosa abierta, Montiboli, Villajoyosa Foto M. Estrada

Perpetuar una caricia

Perpetuar una caricia en los exergos de la noche,
desentrañar una flor y
                       recorrer los estallidos de la pólvora…

¿No es éste el camino de los hombres
para hacerse eternidad, vida de vida?

Y si no lo es, decidme:
¿Cómo abarcar la cintura de un anhelo?
¿Cómo meter los espacios
en el ámbito delgado de las arterias?
¿Cómo temblar en los bornes
de una lágrima aún no derramada?

Decidme, en fin,
¿se puede modelar un corazón
con el escoplo indolente de los suplidos?

Del libro Azumbres de la noche (1993)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

1 comentario:

  1. Aparecido has en el exhergo de esta mañana,
    qué más hubiese yo podido desentrañár esa flor:
    Atraido y embelesado por el color de esos sépalos y pétalos; posado y adormitado en sus sinuosidades líneas; el viento suave y enérgico tambaleando los estambres, hasta hacer estallar esas anteras; esparcir el polen hasta depositarlo en el estigma de su flameante, largo y profundo pistilo. Y... aquí dentro, polvo y savia, como lágrimas derramada de los ojos de dos corazones modelados por el desgarro de unas vidas...

    Sí. Es este el único camino que existe para hacernos con la única y verdadera vida...
    eterna, para la eternidad:
    Un PERPETUAR UNA CARICIA. UNA VIDA


    ResponderEliminar